¡Muy buenos domingos! Sé muy bienvenido a un nuevo desayuno con sabor a postre de siempre, hoy tenemos tarta de fresas y queso de la abuela. ¡De la mía, claro!!
Esta tarta de fresas y queso es un dulce que solía hacer mi abuela cuando llegaba la temporada de fresas. No puede ser más fácil de hacer y más rica. Por no necesitar, no necesitas ni pesar los ingredientes, se hace perfectamente a ojo. Y siempre sale bien. Verdad verdadera ;)
Lo único que tienes que prever es que las fresas tienen que macerar con azúcar unas horas, y después una vez montada la tarta, necesita reposar en la nevera unas 24 horas para que se asiente y la puedas desmoldar sin problemas. Si la tienes menos tiempo, igual se desmoronará…
Ya ves que el aspecto tiene su puntito rústico, no queda perfecta, pues se ven los puntos donde se unen los bizcochos, pero creo que forma parte de su encanto.
Yo utilizo un molde de Tupperware que es el mismo que utilizaba ella, tiene dos tapas herméticas, y resulta sencillísimo desmoldar. Aquí tienes uno similar para que te hagas una idea. Creo que podrás utilizar uno que tengas por casa, mejor si es de silicona, con buen resultado. Lo más importante es que la masa del pastel, que ahora veremos cómo hacerlo, quede muy apretadita en el interior del molde. A mí esta parte de cerrarlo me da sudores y me acuerdo de cuando vivía en Las Palmas y volvía a la Península de vacaciones: cerrar la maleta era una risa. Ni sentada encima ni nada!!! Pues lo mismito me pasa con el tuper. Así que acuérdate de poner bien de relleno, y ármate de paciencia hasta que lo cierres. Y oye, luego te chupas los dedillos bien pringaditos de queso, fresas, bizcocho y el salado de alguna lágrima…y verás qué cosa más rica. Que para eso eres el cocinero, el mejor bocado ya sabemos para quien es ;)
Venga, ahora que tienes la miel en los labios, vamos a ver qué ingredientes necesitas para preparar esta tarta de fresas y queso de la abuela.
INGREDIENTES ( para 8 raciones)
– un paquete de bizcochos de soletilla ( de la mejor calidad que encuentres)
– 3/4 de kilo de fresas
– 6 cucharadas soperas de azúcar
– 400 gramos de queso crema tipo Philadelphia, ó de nata montada (lo que prefieras)
– azúcar glas para endulzar la nata montada o para el queso cremoso
– una vaina de vainilla natural o una cucharadita de postre de extracto de vainilla
Los ingredientes son totalmente a ojo, dependerá del tamaño de tu molde. Y en cuanto al dulzor, no queda nada dulce. El azúcar de las fresas es necesario para que suelten el juguillo que utilizaremos para mojar los bizcochos, y yo que la hago con queso cremoso, añado muy poco azúcar glas para endulzarlo. Mi abuela la hacía con nata montada, y si tú optas por hacerlo así, tendrás que añadir azúcar hasta que esté a tu gusto. Permíteme un consejo: mejor poco dulzor que demasiado. La gracia de esta tarta es encontrarte la mezcla de sabores y de texturas que tiene: la fruta estará firme y un pelín ácida , el queso muy cremoso y los bizcochos empapados en el almíbar de las fresas, jugosos y dulces. Mmmmmm, brutal!!
ELABORACIÓN
1. Lava y corta las fresas. Ponlas en un bol grande, con el azúcar, (unas 6 cucharadas soperas son unos 60 gramos) y revuelve bien. Tapa y reserva unas horas en la nevera para que suelten su jugo. Tápalas con film para que no cojan sabores raros en el frigo.
2. Al día siguiente o pasadas unas horas, bate el queso crema o monta la nata, si lo prefieres. Añade la vainilla y azúcar glas a tu gusto.
3. Ahora monta la tarta: tapiza la superficie inferior y los laterales de tu molde con los bizcochos. Córtalos si fuera necesario para que encajen bien.
4. Ahora añade cuatro o cinco cucharadas de las fresas cortadas encima de la base, añade un poco de jugo también.
5. Ahora la mitad del queso crema, y extiende bien.
6. Ahora una capa de bizcochos.
7. Fresas de nuevo con jugo.
8. Capa de crema de queso.
9. La última capa de bizcochos, y si te ha sobrado jugo de las fresas añádelo también.
10. Todo este conjunto te tiene que sobresalir un poco del molde para que al cerrarlo quede bien presionado. Si vas a usar un molde de silicona normal, cuando acabes de rellenar, pon un plato de postre encima, y apriétalo bien con papel film. Rodea con el film todo el molde de forma que el plato quede en el interior del papel, para que haga fuerza y coja bien la forma.
11. Deja que repose en la nevera toda la noche.
12. Desmolda y sirve bien frío
Bueno pues yo creo que la pinta lo dice todo, así que te animo mucho a que lo prepares. Ah! y si se pasa la temporada de fresas, hay solución, más al verano puedes utilizar frutos del bosque, y si no, con melocotón en almíbar queda genial también. Aunque tengo que admitir que a mí la que más me gusta es la de fresa.
Cuando empiece a hacer calor, puedes probar a congelarla, y comerla semicongelada. Resulta muy rica, y es perfecta como colofón a una comida.
Estoy pensando que ya he publicado unas cuantas recetas de mi abuela, tenemos el bizcocho de la yaya, los huevos rellenos con langostinos, las españoletas, y ahora esta tarta de fresas y queso. Y no será la última, alguna más iré incorporando al blog, tengo en mente alguna otra ;)
Bueno, pues así disfrutando de esta delicia me despido por hoy.
¡Buen provecho y feliz domingo!