Hace unos cuantos años, cuando salíamos al cine, solíamos ir a una cafetería. Bien a la entrada o a la salida, en función del horario de la peli en cuestión. Así, entre café y café, un buen día descubrimos que también hacían sandwiches y nos decidimos por este. Se llamaba sándwich cubano, y nos encantó. Desde entonces, con cierta frecuencia, lo preparamos para cenar. En especial, en el verano.
Es muy fácil, con ingredientes que habitualmente se tienen en casa y se tiene listo en un pis pas.
Ni idea de por qué cubano…nunca lo supimos. Con ese nombre hay otro tipo de sandwich que poco tiene que ver con el que os traigo, por eso lo he
rebautizado.
La única recomendación es que dejéis la yema del huevo poco hecha, para que en la primera pinchada, se desparrame toda por el sándwich.
Necesitamos para cada uno:
-3 rebanadas de pan de molde, tostadas
-medio tomate
– brotes tiernos de ensalada
-1 cucharada de mayonesa
-1 huevo a la plancha ( yema poco hecha)
-1 cucharada de paté a la pimienta
-1 filete de fiambre de pechuga de pavo
Lo montaremos de la siguiente forma:
Ponemos en un plato una rebanada de pan tostado, untamos el paté y colocamos el fiambre por encima.
A continuación, otra rebanada de pan, y por encima ponemos las rodajas de tomate, los brotes, y la mayonesa bien extendida. Hacemos el huevo a la plancha y lo ponemos sobre la lechuga.
Por último, la última rebanada de pan, tapando el sándwich.
Comer inmediatamente, antes de que se enfríe el huevo.
¡A disfrutar!