Estas rosquillas están de muerte. Hoy empiezo muy directa, pero según escribo tengo el saborcillo todavía muy reciente.
Si no os gustan las rosquillas fritas, es porque no habéis probado éstas y para los que os gustan, pues sólo decir que os van a encantar;)
Esta receta es de ésas de toda la vida. Veréis, la hermana de mi abuela, la tía María y su hija, Marisol, las preparaban en las grandes ocasiones. Mi padre, que pasaba algunos veranos de vacaciones con ellos, las disfrutaba y las recuerda como un manjar. Hace algunos años, nos dieron la receta y empecé a hacerlas. El nombre que les pusimos, fue de rosquillas Marisol, y así las llamamos en casa.
Hacerlas es un poco laborioso, pero os pongo la mitad de la receta original, y salen unas 60, del tamaño de las mías. Cantidad más que suficiente para que os deis un buen homenaje rosquillero.
No os vaya a pasar como a nosotros, ejem, que en una ocasión nos pusimos a hacerlas. No habíamos hecho más que empezar, cuando a mi retoña mayor que tenía dos meses entonces, le entró un hambre salvaje. Tuve que dejar las rosquillas y proceder con ella. Mi maridito continuó con la receta. Estábamos en el punto, añadir la harina que admita la masa…
Media hora después, un grito ahogado de socorro llamó mi atención. La niña no podía ser, no hablaba aún, fui rauda a ver que pasaba. Lo encontré sudando como un pollo, las manos con medio kilo de masa pegada a cada dedo, diciendo que no, que no podía ser…llevaba un kilo de harina utilizada y aquello no se despegaba.
Si os pasa, no os agobiéis, que añadiendo más harina, poco a poco se va separando de las manos y queda completamente manejable.
Para preparar las rosquillas necesitamos:
-3 huevos
-150 grs de azúcar
-120 grs de aceite de oliva virgen extra(AOVE)
-1/2 taza de anís (150 grs)
-2 sobres de gaseosillas
-harina, en cantidad que admita la masa (600 grs aprox)
Y el modo de prepararlas, batimos los huevos con el azúcar. Añadimos el anís, el aceite y las gaseosillas. Empezamos a añadir harina poco a poco y seguimos batiendo. Llegados al punto en que la masa es muy densa para seguir batiendo. Enharinamos la encimera y ponemos allí la masa. Así, vamos añadiendo y amasando hasta que quede una masa lisa, brillante y que no se pega en absoluto. La ponemos en un bol amplio tapada con papel film y la dejamos reposar, al menos 1 hora.
Por último, les damos forma y freímos.
Cogemos pellizcos de masa y hacemos una especie de churros con las manos. Los extremos los sellamos con una vuelta. Yo me los voy dejando en la encimera y cuando están todas las rosquillas formadas, empiezo a freír.
Utilizo AOVE, y a fuego medio. Cuando están doradas, les doy la vuelta. Las saco a un papel absorbente, y después las paso por azúcar.
Animaos a hacerlas, la recompensa merece mucho la pena.
¿Os ha ocurrido el veros atrapados por una masa? ¿Qué habéis hecho?