¡Hola!
Hoy os traigo un postre que procede del recetario familiar de Carmen. En concreto de su tía abuela Alía. Hace 4 años su tía le regaló el recetario. Y ella decidió compartir sus recetas y además crear un reto con ellas. Aquí podéis ver su historia, muy bonita.
Es mi primera participación y espero que os guste. Me he decidido a hacer la propuesta dulce, y el salado estará rico, pero este está delicioso.
He sido muy fiel a la receta original, mi única diferencia ha sido al hacer el almíbar. Yo le he añadido zumo de limón y un chorrito de aroma de azahar
Estas eran sus indicaciones, y ahora os pongo mis pequeños cambios.
Lo primero que he hecho ha sido triturar muy bien las fresas.
A continuación he montado el medio litro de nata y lo he reservado en la nevera.
Ahora, el almíbar. He puesto 200 gramos de azúcar y 200 ml de agua, 30 ml de zumo de limón y un chorrito de agua de azahar. He esperado que hirviera, y lo he mantenido hasta que ha reducido y espesado.Queda un almíbar ligero.
Después y una vez frío se añade a la nata montada y a las fresas y se mezcla con movimientos envolventes, despacio para que se mantenga la consistencia.
Cuando lo tenía a punto lo he puesto en los tarritos y al congelador.
Los hemos comido semicongelados, y nos han encantado. He hecho otros en forma de polo, también muy ricos.
Se aprecia la cremosidad…
La verdad que repetiré la receta, muy rica y rápida de hacer. Y el tenerla en
el congelador da juego, un riquísimo postre para imprevistos. Y para no imprevistos…
¡A disfrutar!