He de reconocer que no suelo llevar muchos complementos, pero la llegada del buen tiempo cambia un poco mis aderezos. Añado color al vestuario, un reflejo un poquito más claro y pulseras por doquier. Me gustan mucho, así de cuero y de colores. Son sencillas, pero le dan un toque especial al vestuario.
Hace muchos años que descubrí el mundo abalorios, y a pesar de que no hago tantas cosas como en mis comienzos, aún sigo haciendo alguna cosilla.
Esta pulsera de hoy es muy básica, tanto de aspecto como de dificultad. No tiene ninguna y sin embargo, me parece muy chuli. Va con casi todo, así en color cuero. También se puede hacer de colores, hay muchos tonos de hilo de cuero.
Para hacer la pulsera he utilizado un metro de hilo de cuero natural, sin teñir. Lo he cortado por la mitad y he seguido la secuencia que ilustran las fotos. He puesto una perla en el centro de uno de los hilos y he hecho un nudo a cada lado con las dos cuerdas a la vez. A continuación, he metido una perla a cada lado de la central. En el hilo que va quedando más largo, nudo a continuación y perla a cada lado. Así con cada una de las 5 perlas.
Cuando la tenemos, hay que cortar los hilos a la medida adecuada a nuestra muñeca. Y procedemos a colocar el cierre. El que he elegido es muy fácil de colocar. Basta con pegar con adhesivo de contacto la punta de los hilos, e introducirlos en el agujero del cierre. Haciendo un ligero giro como si fuera una rosca. Lo dejamos secar, y ¡listo!
Ojo con el adhesivo de contacto, oscurece el cuero impregnado y no se va al secarse. Aplicar con cuidado y sólo en el trocito del cuero que quede dentro de la pieza de cierre.
Veréis que lleva una arandela para sujetar el cierre, se coloca con un alicate pequeño. La abrimos un poco, se coloca el terminal, y cerramos la arandela.
Ya está terminada nuestra pulsera veraniega. Otoñal, primaveral…
¡A lucirla!