En mi casa hay momentos en los que los vaqueros nos declaran la guerra. No importa si tienen un año, un mes o un día. Ceden uno tras otro, y ¡por el mismo sitio!
Nos hemos juntado con 3 vaqueros agujereados, y algo había que hacer.
Las posibilidades son infinitas, todas las que queramos.
Tenía yo mis dudas de si el resultado sería del gusto de los miniseres que las tienen que lucir y ya contaba con que salieran espantadas y me quedara yo con los pantalones y los parches…
Pero como siempre, te acaban sorprendiendo, y no es que no se los quieran poner. ¡Es que no se los quieren quitar!
Voy a tener que establecer turnos, ;).
Eso y las ideas que me dan, yo quiero de delfín con su pelota, yo de conejo, y otra de agujero negro. Admito sugerencias, no digo más.
Ahí van las fotos
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